Crecen las separaciones de bienes en los matrimonios: lo tuyo, tuyo y lo mío, mío.

Salvo en Islas Baleares y Cataluña, el régimen de gananciales es el que rige por defecto en España. Propio de un modelo familiar en el que las mujeres cuidaban del hogar, cada vez son más los que prefieren independizar sus patrimonios.

 

Durante su matrimonio, Carmen siempre creyó que la nómina de su marido rondaba los 7.000 euros brutos mensuales. Era socio de una consultora y, al mismo tiempo, manifestaba ciertas estrecheces para el tren de vida que llevaba la familia; por tanto, esa estimación tenía fundamento. Con tres hijos en común y una relación longeva llegaron los problemas y después, la ruptura. Ella, «sin ver un solo papel», firmó rápidamente el acuerdo económico que él le propuso en el trámite de divorcio, aunque el asunto se torció y acabaron en juicio. Entonces, ahora sí que sí, vinieron la luz y los taquígrafos a los dineros familiares y aquel supuesto sueldo resultó ser de 12.000 euros limpios al mes (sí, ha leído bien). Es lo que los profesionales conocen como infidelidad financiera. No son cuernos al uso, pero las ocultaciones (o mentiras flagrantes, según sea el caso) pueden suponer una vulneración de los acuerdos pactados en una pareja.

https://www.elmundo.es/yodona/lifestyle/2023/11/10/654bbb05e4d4d895058b45b7.html

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