Querido hijo:
Escribo estas palabras con el corazón apretado, sabiendo que la distancia que hoy nos separa no es solo física, sino también impuesta por circunstancias que escapan a nuestro control. Quiero que sepas que cada día de mi vida pienso en ti, en tu risa, en tus abrazos, en todas las pequeñas cosas que hacen que ser tu padre sea el mayor regalo que la vida me ha dado.
Es difícil entender por qué a veces la vida puede ser tan cruel. A veces nos pone pruebas que parecen insuperables, que nos llenan de dolor y de preguntas sin respuesta. Pero quiero que tengas presente algo muy importante: la vida también es justa a su manera, aunque a veces tarde en demostrarlo. Estoy convencido de que llegará el día en que estas barreras desaparecerán, y podremos volver a abrazarnos sin impedimentos, sin temores ni restricciones.
La verdad, hijo mío, es que no hay nada más fuerte que el amor que siento por ti. Ni jueces, ni muros, ni distancias pueden cambiar eso. Tú eres mi luz, mi esperanza, mi razón de ser. Y así como yo estoy aquí esperándote, quiero que también sepas que tienes todo el derecho de esperar ese día con alegría y confianza. Porque ese día llegará. Tarde o temprano, las voces de los inocentes deben ser escuchadas, y cuando llegue ese momento, no habrá fuerza en el mundo que pueda apartarme de ti.
Mientras tanto, hijo, no desesperes. Mantén en tu corazón la certeza de que siempre estoy contigo, aunque no pueda estar a tu lado. Cada noche le pido al cielo que te cuide, que te dé fuerzas y que te mantenga lleno de amor y esperanza. Tú eres valiente, más de lo que imaginas, y no importa lo difícil que sea el camino, quiero que sepas que nunca estarás solo.
Te prometo, con cada fibra de mi ser, que estaré aquí esperando. Siempre. Cuando llegue el día en que podamos abrazarnos nuevamente, todo este dolor quedará atrás. Y entonces, hijo mío, construiremos juntos los recuerdos que hoy nos han robado.
Te amo con todo mi corazón, y nunca dejaré de luchar por ti.
Con todo mi amor,
Tu padre.
Muy hermosas estas palabras que salen del corazón.
Debería ser enviada a todos los jueces familiares del mundo a ver si así se sensibilizan un poco